YO TAMBIÉN SOY MUJER DE LA PALABRA
January 31, 2019Al ver una serie donde la vida de la protagonista es exitosa, con su casa limpia, grande y con la camioneta del año llena de todo lo que compró en el súper; hace que en menos que lo platico, la mujer que está viendo esa serie, rechacé o menosprecié lo que tiene y anhele lo que ve en la pantalla; lo que ella no sabe es que ¡todo ahí es rentado! O peor aún, que las paredes no son de verdad y los productos del súper son cajas vacías. Entonces pienso, ¿Es en serio que por esos envases quiero cambiar lo que sí tengo y es real en mi vida? por cierto, no estoy cerca de ser una serie taquillera, pero sí hay un único interesado en esta vida novelera, y es quien me da la perspectiva real y eterna, donde tiene valor lo que de verdad importa.
Hace un par de años una amiga muy querida me invitó a una conferencia. Yo estaba atravesando momentos de dolor, desconsuelo, confusión y otros sentimientos que no me encanta recordar; sin dudarlo asistí y fue en esa conferencia donde Dios levantó mi rostro, limpió mis lágrimas, consoló mi corazón e irguió mi espalda; regresé con esto en mi mente y corazón: Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento.1 Ti. 6:6. No te voy a decir que regresé brincando de alegría, te estaría mintiendo y eso NO es contentamiento; pero sí regresé consolada.
Este año, otra amiga, me honró con invitarme a la conferencia “Mujer de la Palabra” un congreso organizado por Lifeway, en esta ocasión con sede en CDMX; fueron conmigo cuarenta mujeres para escuchar de Aquél que da propósito a nuestro existir y hoy te traigo sus experiencias y por supuesto, la mía.
Elegí un texto del que me he de apoyar durante este tiempo contigo y a través del cual, Dios confirmó lo que tiene para nuestras vidas. Filip. 1:9-11 “Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aún más en paciencia y en todo conocimiento para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de frutos de justicia, que son por medio de Cristo para Gloria y Alabanza de Dios”. En el congreso “Mujer de la Palabra”, Dios nos recordó, confirmó y aclaró su voluntad en diferentes áreas de nuestra vida y, ¿sabes algo? esto fue posible porque Su Palabra está activa y presente en el día a día.
Quiero platicarte de vidas cuya lectura hoy necesites, puede ser que estás por tomar decisiones importantes basándote en la historia, ejemplo o consejo equivocado.
Andy, una señorita que escuchó de La Palabra desde niña y precisamente eso la hizo confiar en su conocimiento hasta el punto de pensar: mis papás son fieles servidores, ellos me instruyeron en el camino de Dios y ya no hay más que aprender. Andy vivía la fe de sus papás y no la suya, no consideraba estar apartada de Dios pues creía en el sacrificio de Jesús y no había domingo que no fuera a la iglesia; pero en realidad su corazón estaba lejos, muy lejos.En “Mujer de la Palabra” Dios le confrontó y mostró que su fórmula de -cumplir y saber- no sirvió. Sentía vergüenza de acercarse a Dios, pero necesitaba recordar que No hay nada que ella haga que la aleje de Dios porque nunca hubo nada que hiciera que la acercara a Él; si regresamos a Filipenses, Andy comprendió que el conocimiento y el entendimiento son diferentes; que crecen juntos pues de otra forma, la soberbia se hace presente, ensordece y empuja a no vivir para gloria y alabanza de Dios; llevó a él sus más profundos pensamientos y pudo reaprender sobre Gracia y Salvación, del carácter justo que Cristo produce en su vida y, ahí en medio de otras mujeres, le fue posible decirle a Dios que sí, que necesita de Su Palabra y vivir una fe propia.
Me resulta importante hablar también de Kate, a ella le tocó aprender sobre el perdón sin condición; créeme, pasar por alto la falta, puede ser justo lo que un corazón duro o lastimado requiere con urgencia. Ella es una mujer casada, dedicado a amar a su esposo, cuidar y enseñar a sus hijos, es de esas esposas “que ya no hay”. Su perspectiva de vida se modificó de un día para otro al grado de experimentar en carne propia la decisión de perdonar o vivir en amargura; escuchó con toda claridad que no hay vidas mejores que otras, en Filipenses vio que sí fuimos llamados a aprobar lo mejor por medio de Él y para Él. Puede ser que hoy necesites encontrar razones para otorgar perdón a quien te ha lastimado como nunca pensaste.
Nuevamente te digo, suceden momentos donde urge saber que existen mujeres que han vivido o están viviendo tu experiencia, cuyo consejo te hace bien porque son personas que se han agarrado con uñas y dientes a La Palabra y con ello te han abierto brecha para decirte qué hay en el camino, qué es importante y qué debes hacer a un lado para seguir en fe a la meta que Dios ha trazado para ti desde la eternidad.
Me llena de preocupación escuchar mujeres decir que su situación requiere de solución y que no la logran encontrar en la Biblia. De verdad ¿Dios está mudo?, ¿Ya dijo todo lo que tenía que decir?, ¿se le olvidaron algunos temas? Querida lectora, la respuesta a todo esto es NO. Dios sí te habla, Él está diciendo lo que debes escuchar, incluso es más específico y detallista de lo que podemos pensar; sólo que no busques acomodar o complementar lo que te dice; no busques en otro lugar, permite que Su Palabra te sea suficiente, que Dios te sacie y te consuele, que te sustente cada día; pídele saborear Sus palabras de vida eterna, aquellas que has visto al pasear por cada libro de la Biblia que has leído y sí, eventos como “Mujer de la Palabra” te pone cerca de otras que, al igual que tú, sabemos que Dios no ha terminado aún. Hoy sigo aprendiendo que es necesario vaciar mi vasija de aquellos sentimientos, pensamientos, corrientes y tesoros que me alejan de la misericordia y la piedad que Dios mismo me da sin merecer. Deseo con todo lo que soy, lo que dice Col. 3:16, que La Palabra de Cristo more en abundancia en mí que me enseñe y exhorte a través de mujeres de La Palabra que me llevan a la sabiduría de Cristo y para ello elijo soltar lo poco que me queda y experimentar la provisión de Dios para mí. Concluyo diciéndote con amor que Dios tiene más que decirnos, claro que sí, Él siempre tiene más para que crezcamos y digamos: yo también soy una Mujer de la Palabra. Nos vemos pronto.
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